Escribo en una lengua extraña. Sus verbos,
la estructura de sus oraciones de relativo,
las palabras con que designa las cosas antiguas
-los ríos, las plantas, los pájaros-
no tienen hermanas en ningún otro lugar de la Tierra.
Casa se dice etxe; abeja erle; muerte heriotz.
El sol de los largos inviernos, eguzki o eki:
el sol de las suaves y lluviosas primaveras,
también eguzki o eki, como es natural;
Es una lengua extraña, pero no tanto.
Nacida, dicen, en la época de los megalitos
sobrevivió, lengua terca, retirándose,
ocultándose como un erizo en este lugar
que ahora, gracias precisamente a ella,
muchos llamamos País Vasco o Euskal Herria.
Sin embargo, su aislamiento no fue absoluto:
gato es katu; pipa es pipa; lógica es logika.
Como concluiría el príncipe de los detectives,
el erizo, querido Watson, salió de su madriguera
y visitó muchos lugares, y sobre todo Roma.
Lengua de una nación diminuta,
lengua de un país que no se ve en el mapa,
nunca pisó los jardines de la Corte
ni el mármol de los edificios de gobierno;
no produjo, en cuatro siglos, más que un centenar de libros:
el primero en 1545; el más importante en 1643;
el Nuevo Testamento, calvinista, en 1571;
La Biblia completa, católica, allá por 1860.
El sueño fue largo, la biblioteca breve;
Pero, en el siglo veinte, el erizo despertó.
(Autor: Bernardo Atxaga, Nueva Etiopía, El Europeo, 1996)
El euskara o lengua vasca es una lengua no indoeuropea, sin ningún parentesco con las lenguas de Europa, y cuyo origen se desconoce, aunque hay varias hipótesis. Pero, como señaló el lingüista vasco Koldo Mitxelena (1915-1987), catedrático de Lingüística Indoeuropea en la Universidad de Salamanca, miembro de Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca), y cuyo trabajo fue fundamental en la unificación del euskara, el verdadero misterio de esta lengua no reside en su origen sino en su pervivencia a lo largo de los siglos.
El escritor Bernardo Atxaga es un referente indiscutible en la literatura vasca contemporánea, y su trayectoria literaria ha impulsado la labor creativa de muchos escritores jóvenes en lengua vasca. Obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en España en 1989 por Obabakoak, y sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas. En su página web, en el apartado de su biografía, encontramos este maravilloso texto en el que tan bien explica lo que ha sido y es el euskara.