(…) una de las formas más sencillas y experimentadas históricamente de movilizar a una masa voluble y confundida es fanatizarla. La forma más fácil y rápida de conseguirlo no es fomentando y reclamando ideales positivos y responsabilidad, sino separando y desprestigiando a determinados grupos, muchas veces justamente a aquellos que más necesitarían de nuestro apoyo, aliento y generosidad.
Así que probablemente no sea casualidad que las épocas en las que existe un sentimiento de resignación cada vez más extendido sean al mismo tiempo ápocas de fortalecimiento de los movimientos populistas, cuyo pensamiento casi siempre se caracteriza más por los límites y el rechazo que por la esperanza y el auge. De modo que en el centro de estos movimientos ya no encontramos el sueño, ni la esperanza, ni la utopía, sino la confusión y la angustia que proliferan en el vacío dejado por el antiguo sueño.
De hecho, los psicólogos y los sociólogos advierten en la actualidad un nuevo movimiento del espíritu de la época: la ira y el rechazo como actitud vital. (…) casi nunca es una oferta a ‘favor’ de algo, sino, generalmente, ‘en contra’ de algo o de alguien.
Alexander Batthyány, La superación de la indiferencia, Ed. Herder, Barcelona, 2020, pág. 26.