En plena cumbre mundial para salvar el futuro más bien cercano del planeta y de la especie humana, el horror llama ahora otra vez a las puertas de Europa. En la frontera entre Polonia y Bielorrusia, un joven kurdo nos interpela con esta súplica: “No tenemos esperanza. Algunos han muerto. Estamos en peligro. Y hace mucho frío, vamos a helarnos. Para mí no hay diferencia. Si vuelvo a mi país, moriré. Si me quedo aquí, moriré” [1].
Migrantes en la frontera (AP)

Migrantes en la frontera de Bielorrusia con Polonia (Z.A.)
Migrantes en Bielorrusia (REUTERS)
Fuerzas bielorrusas (EFE)
Fuerzas polacas (REUTERS)
[1] Palabras recogidas por el periodista de El País, enviado especial en la zona, Antonio Pita, en su crónica del 13 de noviembre de 2021.